El pasado jueves nos despertamos con la confirmación de una de las noticias más esperadas. Y esa no era otra que el día en el que se disputaría el clásico del fútbol español. En un principio, el casi siempre caprichoso calendario determinó al 28 de noviembre como el día en el que Barcelona y Real Madrid tendrían que verse las caras en el Camp Nou a las 21.00 horas. Hasta ahí todo correcto. El problema surgió cuando la política y deporte se mezclaron. Me explico: cuando desde Cataluña se pensó que el día para las elecciones autonómicas también sería el domingo 28. En aquel momento muchas fueron las opciones: jugar en lunes, posponer el encuentro a las 22.00 horas del mismo domingo....
Todas las alarmas saltaron: ¿Cómo se iba a jugar un Barça-Madrid un lunes? Nada más lejos de la realidad. El encuentro se disputará el lunes 29 de noviembre a las 21.00 horas. Los intereses electorales, comprensible en un mundo democrático o algo similar en el que vivimos, se impusieron al deporte nacional. ¿Nada tuvieron aquí que ver los intereses de las televisiones privadas encargadas de retransmitir el choque? Al parecer por cuestiones de seguridad no es recomendable que se den en el mismo lugar y el mismo día dos acontecimientos de tal calibre: una jornada electoral y un Barça-Real Madrid.
PD: Ha pasado en otras tres ocasiones y aquí seguimos vivos y coleando. Las costumbres están cambiando. ¿Eso es bueno?
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