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miércoles, 3 de noviembre de 2010

El primer transexual en la historia de la NCAA

El mundo del baloncesto siempre nos depara grandes sorpresas. En esta ocasión los títulos, récords, fichajes y demás elementos propios del juego dejan paso a una de las más singulares historias relacionadas con el deporte de la canasta que jamás se hayan visto. Y esta no es otra que le experiencia vital de Kye Allums, el primer transexual en jugar en la competición femenina de la NCAA, la liga universitaria estadounidense.

Durante 20 años, Kye fue conocida como Kay-Kay. Pero desde hace un año la vida de esta base de la Universidad de George Washington comenzó a cambiar. "Un nombre es sólo un montón de letras, pero las letras forman una palabra y las palabras que componen mi nombre tiene muchas emociones detrás de ellas. Mi antiguo nombre no era el mío. Cuando escucho Kye, todo marcha bien.", comenta la propia Kye en la web 'outsports.com', encargada de sacar a la luz la historia.

Aunque nació en Daytona Beach, Florida, Kye se crió en la pequeña localidad de Hugo a una media hora de Minneapolis, la ciudad más poblada del estado de Minnesota. A pesar de nacer en un cuerpo de mujer dentro de él había un hombre que quería salir. Y ese sentimiento fue in cresendo hasta el día de hoy. En su adolescendia las maneras y gestos desprendían masculinidad por los cuatro costados. A los 12 años se dio cuenta de que era diferente al resto de chicas de su edad. No se comportaba ni vestía como ellas. Entonces, decidió cambiar y comenzó a usar maquillaje, enfundarse faldas y vestidos con el fin de hacerse cree que era una más. La decisión no tuvo el éxito esperado y un año después volvió a recurrir a su atuendo 'poco femenino' con una pregunta rondando su cabeza: ¿Por qué era diferente al resto de chicas?

"Siempre me he sentido más cómodo vistiendo como un chico, pero mi madre me obligaba a vestir como una chica. Todos los días metía en mi mochila una sudadera y unos pantalones de baloncesto. Antes de ir al colegio me cambiaba y hacía lo mismo antes de volver a casa. Era molesto, pero era la única manera de poder ir al colegio".

La lucha por encontrarse a sí mismo continuó en su etapa de 'High School'. Allí conoció a otras chicas que actuaban y vestían como ella: eran lesbianas. La necesidad por identificarse con alguien le llevó a pensar que también era lesbiana. Sin embargo, al cabo de un tiempo se dio cuenta de que esa tampoco era su identidad. En su primer año universitario, mensaje de texto de su madre Rolanda fue el que marcó el punto de inflexión en la historia. La pregunta fue clara: ¿Tú qué crees que eres jovencita? A partir de ahí, Kye supo que no era una chica "en absoluto".

Durante toda su vida Kye tuvo que aguantar que todos se refirieran a ella como una chica. "A mí no me sentaba bien. Era molesto, un dolor de estómago permanente". Pero su autoestima fue creciendo y, en su segundo año en la George University, tuvo la valentía de contar a alguno de sus compañeros que realmente era un chico atrapado en un cuerpo de mujer. "Al principio no entendí nada. Entonces nos explicó que el sexo es cómo naces y el género es la forma en la que uno se identifica", comenta una de las mejores amigas del equipo.

Desde aquel momento, Allums corregía a todos y cada una de las personas que se referían a él en femenino. Todos menos a una, su entrenador. Kye no pensaba que fuera a comprender la idea de contar con un chico en su equipo. El miedo le envolvía en una espiral de silencio que parecía no tener fin. "Creí que iba a tener que esconder una parte de mí realmente importante". Sin embargo, sería un paso atrás en su lucha por encontrar su sitio. "Todos mis compañeros lo sabían. Soy una persona abierta y no me gusta ocultar cosas a mi entrenador".

Finalmente plantó cara a sus miedos. Y cúal fue su sorpresa cuando el 'head coach', Mike Bozeman, le dio la mejor respuesta que podría esperar: "¿Por qué iba a darte la espalda? Nuestra relación ha crecido en los últimos tiempos, y ahora, ¿Tengo que dejarte de lado porque me hayas dicho esto? No. Te quiero tal y como eres y siempre voy a estar aquí para lo que quieras".

Desde su universidad han apoyado a Allums en su decisión de cambiar de sexo. "Mis compañeras me tratan como la hermana mayor", expresa ilusionada la jugadora. En su tercer año universitario los únicos problemas pueden venir por parte del código interno de la NCAA. Según éste, no podría comenzar con un tratamiento hormonal hasta que no terminara su etapa universitaria -algo que ocurrirá en abril de 2012-. Aunque tan optimista y luchadora como siempre, no representa ningún inconveniente: "Lo único que no puedo hacer es tomar testosterona... de todas maneras no la necesito. Es probable que de forma natural mi cuerpo sea capaz de generar más cantidad que los tíos del equipo masculino". Lo que sí entra en sus planes es pasar por el quirófano el próximo verano para realizar el cambio de sexo. Algo que "no afectará ni ayudará a mi juego" precisa Kye.

Antes de nada, el 13 de noviembre debutará con su nuevo nombre en el 'Best Buy Classic' en Minneapolis, donde seguro que en muchas ocasiones pensó eso de 'yo no elegí nacer con este cuerpo'.

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