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martes, 9 de agosto de 2011

Marcelinho será jugador del Regal Barça

Tras la marcha de Ricky Rubio a los Minnesota Timbervolves y la de Jaka Lakovic al Galatasaray, el Regal Barcelona ya ha encontrado recambio en el puesto de base. El elegido es Marcelinho Huertas. Tras semanas de negociación, el pasado día 1 de agosto quedaba cerrado el acuerdo entre el jugador y el equipo azulgrana. En virtud de éste, Huertas jugará en el Palau las próximas cuatro campañas por las que recibirá siete millones de euros.

Marcelinho abandonó la concentración de la selección brasileña en la preparación del Preolímpico en Venezuela y aterrizó en Barcelona el domingo para formalizar el traspaso. Según informó la web 'tubasket.com', en la mañana del lunes, el brasileño con pasaporte italiano pasó sin problemas el pertinente reconocimiento médico en la Ciudad Condal y está previsto que está misma tarde se oficialize el traspaso con la pertinente firma del contrato.

La operación no ha sido tan dura como se pudiera pensar. El Anadou Efes (antiguo Efes Pilsen), uno de los clubes más poderosos a nivel económico del continente en este momento, llegó a ofrecer 2,5 millones de euros por el mejor base de la ACB. Otra oferta llegó desde el CSKA de Moscú. Destinos que no sedujeron al jugador quien expresó en todo momento su imperante deseo de firmar por el Barcelona.

Un hecho que ha sido clave en toda la negociación. Una negociación de la que se ha 'abstenido' Josean Querejeta, presidente del conjuno vasco. Ha sido el propio Marcelinho, que tenía un año más de contrato con la opción de los vitorianos de alargarlo otro más, el encargado de negociar su salida del equipo. Y lo ha hecho perdiendo o perdonando, según se quiera ver, parte de su salario, el tercero más bajo de la plantilla. Fuentes cercanas aseguran que el traspaso reportará al Caja Laboral un total de 2,3 millones de euros. De éstos, 1,8 llegan desde Barcelona y el resto (500.000 euros) corresponden a las cantidades que se le adeudaban al jugador de 28 años.

De esta manera, queda dibujada la plantilla del vigente campeón de liga para la próxima campaña. Joan Creus, director deportivo barcelonista, espera cerrar de forma inminente la esperada contratación de C.J. Wallace. A falta de la obtención de su pasaporte europeo (albanés), el ala-pívot americano que militó en las filas del Gran Canaria la pasada campaña, se convertirá en el duodécimo jugador con contrato del primer equipo. Eso sí, con un quebradero de cabeza más para el equipo.

El problema de los cupos sigue abierto


No todo son alegrías para la sección de baloncesto del Regal Barcelona. La mencionada marcha de Ricky y la de Roger Grimau (Bilbao Basket) deja al equipo catalán con sólo tres jugadores de formación en el equipo. Según el nuevo marco de contratación previsto por la ACB para el próxima temporada, en plantillas de hasta 11 jugadores cada equipo debe mantener, inscritos y contratados, a un mínimo de cuatro jugadores de formación. En plantillas de 12 jugadores, el mínimo será de cinco.

¿Qué se entiende por jugador de contratación? La normativa lo especifica con total claridad: “Se considera Jugador de formación a todo jugador que sea ciudadano comunitario o de cualquier país que tenga tratado de asociación o similar con la UE que incorpore una cláusula de no discriminación por razón de la nacionalidad en las condiciones de trabajo, y que entre su segundo año de categoría infantil (13 a 14 años) y su segundo año de categoría senior (19 a 20 años) -ambos inclusive- y haya estado inscrito con cualquier club afiliado a la FEB en un período, continuado o no, de 3 temporadas. Para que puedan ser computadas las temporadas se exige al menos 6 meses de permanencia en cada una de ellas”.

En Barcelona sólo Juan Carlos Navarro, Víctor Sada, Fran Vázquez y el repescado Xavi Rabaseda cumplen con este requisito legal. Así las cosas, y tal y como informó el diario 'Sport' dos semanas, el Barça solicitó a la comisión ejecutiva de la ACB abrir las plantillas a 13 jugadores, aunque recibió un “no” rotundo. ¿Qué posibilidades se le plantean al Barça?

Pocas. Creus tiene ante sí un rompecabezas que debe resolver en la próximas semanas. Marcelinho es intocable como nuevo director de orquesta. El pasado día 2 de agosto se renovó a Boniface N'Dong, senegalés con pasaporte alemán, un año más.

De esta manera habría 11 jugadores en plantilla. Podría empezar la temporada con 11 integrantes e inscribir al esperado Wallace en Euroliga donde no existen cupos. Cuando llegue su pasaporte albanés, que haría que no ocupara plaza de extranjero, se le inscribiría en la competición doméstica. Resultado: plantilla de 12 integrantes con cuatro de ellos catalogados como jugadores de formación. Volverían los problemas.

La duda de Scariolo

El pasado lunes, Sergio Scariolo, ante la sorpresa de todos, dio a conocer el nombre de los dos primeros descartes que abandonarán la concentración: Xavi Rey y Rafa Martínez. Será después del primer amistoso de preparación de cara al próximo Europeo de Lituania que tendrá lugar esta noche (21.30 horas) en Almería ante la selección francesa. Tras consultar con el capitán, Juan Carlos Navarro, decidió que lo mejor era tener un detalle dejarles ser partícipes al menos de un encuentro. De esta manera, la lista inicial de 15 jugadores ha quedado recucida a 13 hombres. Sobra uno más. ¿Quién será el tercer descarte? Este es el interrogante que reina buen ambiente que siempre ha caracterizado las concentraciones de la selección española de baloncesto.

Las conjeturas, especulaciones y rumores sobre el nombre del tercer hombre que quedará sin el premio de viajar a Lituania se convirtió en la comidilla del día. Las redes sociales y principales webs especializadas echaban humo. Todos hablan de Víctor Sada y Carlos Suárez como los principales candidatos para abandonar el barco. Al menos es lo que el técnico italiano ha dejado caer en los últimos días. Guste o no, será el quien tenga la última palabra.

Vayamos por partes. En la pintura, las posiciones andan cubiertas con total garantía y parece que nadie duda de ello. Tal y como adelantó Scariolo el día de la presentación en el Madrid Arena, serán cinco los jugadores que obtengan el cartel de interiores. Los hermanos Gasol, Ibaka, Reyes y... Claver. El alero del Valencia basket es la gran apuesta de Scariolo. A pesar de que su año en la Fonteta le siga confirmando como una eterna promesa, su altura (2,07) le permite alternar las posiciones de alero y ala-pívot sin variar en exceso sus movimientos en la cancha.

El deseo de Scariolo hecho realidad. No debemos olvidar que en el campeonato, a priori uno de los más disputados en los últimos años, España se encontrará con jugadores de similar estatura, rápidos y desequilibrantes. Será el caso de Danilo Gallinari en la azzurra, Luol Deng en Gran Bretaña o Boris Diaw en Francia. En palabras de Scariolo, una obligación el llevarle. "El tema de Víctor Claver no es cómo yo lo vea, sino lo que considero que el equipo necesita. También veo que puede tener dos roles, de '3' y de '4', pero aquí sí que va más de '4', no hay otro en ese nivel. Es cuestión de hechos, de lo que realmente ofrece el panorama de los jugadores españoles".

Ni rastro de Carlos Suárez. El jugador de la cantera de Estudiantes sería una pieza imprescindible en cualquier plantilla ACB. Alero puro, reboteador incansable y con mejor tiro exterior que Claver, arrastra el inconveniente de un físico menos privilegiado a la hora de adentrarse en la maraña de brazos que bregan en el corazón de la zona. A pesar de ello, el puesto de segundo alero puro, por detrás del MVP de la temporada ACB, Fernando San Emeterio, tiene su nombre. ¿Más credenciales? Su buena labor en su primera temporada en el seno de un Real Madrid convulso y que esta sea su tercera convocatoria (en el Europeo de Polonia en 2009 y en el Mundial de Turquía del pasado año se quedó fuera de los 12) suman puntos a favor del de Aranjuez.

Lamentablemente, Sada es el que el más boletos tiene para regresar a Barcelona y ponerse a las órdenes de Xavi Pascual. Sus opciones son remotas En un país mediatizado como el nuestro, nadie se atreve a poner en duda la capacidad de Ricky Rubio para secundar la indiscutible labor de José Manuel Calderón como primer director de orquesta. Menos aún cuando en el verano del lockout, y dos años después de ser elegido en el draft, ha decidido cruzar el charco para poner su talento a disposición de los Minnesota Timberwolves. Nada importa que sea Sada, jugador de equipo por excelencia, portento defensivo, el hombre que sentara al base de El Masnou en la últimas finales. Nadie recuerda ya su papel en el último Mundial de Turquía, donde, más allá del infortunio personificado en un triple imposible de Teodosic, sus pésimos porcentajes y malas decisiones en ataque mermaron en exceso el juego de España. A sus 20 años, Ricky sigue siendo 'business'.

Se habla de una posibilidad real de llevar tres bases. Esa es la baza de Sada. Scariolo puede adoptar esa estrategia, como ya se hiciera en otras ocasiones, con el fin de salvar el fantasma de las lesiones y el un bajón en el rendimiento de los indiscutibles. Momento para que Llull pida sitio. El base convertido a escolta puede hacer ejercer a la perfección de playmaker en momentos puntuales de los encuentros. Más problemas para un Sada a quien la hipocresia patria no le brindará una merecida oportunidad. La decisión final, en unos días.

Las cuentas de Scariolo

No podían estar todos. Aunque se llegó a especular con la posibilidad de que en el próximo Europeo de Lituania el número de convocados se elevaría a 14, la FIBA no tardó en desmentir la idea. La lista final de jugadores por selección estaría formada por 12 integrantes. España, una de las serias candidatas a ocupar plaza de honor en tierras bálticas, inició su andadura estival con 15 nombres. Calidad a raudales y las cinco posiciones cubiertas con jugadores de garantía. Todo para endulzar el mal sabor de boca que dejó en las retinas de los aficionados el pasado Mundial de Turquía. Sí, pero sobran tres. Xavi Rey y Rafa Martínez son dos de ellos. ¿El tercero y último? Todavía es pronto.

Este lunes Sergio Scariolo se enfrentó a uno de los momentos más comprometidos para un técnico. No lo ha hecho de golpe sino que ha preferido usar la clásica fórmula del '2+1'. Dos ahora y uno cuando queden pocos días para el campeonato. El italiano, que compaginará su cargo de entrenador en Milán con el de seleccionador al menos hasta los próximos Juegos Olímpicos de Londres, no ha querido esperar a disputar ninguno de los ocho amistosos de preparación previstos hasta el próximo día 31. A pesar de ello, los dos descartados viajarán a Almería donde el martes España se mide a una Francia.

Momento para los típicos halagos antes de que sus chicos hagan las malestas. Xavi Rey 'pagó' la novatada. La alargada sombra del clán Gasol, un inteligente decretazo llamado Ibaka, y el corazón de Felipe Reyes, minimizaron sus opciones de seguir. Aunque Scariolo jugó con la prensa diciendo que contaría con cinco interiores, el pívot del Gran Canaria no era uno de ellos. Esa quinta plaza en la pintura tiene nombre y apellidos. Los de un camaleónico Víctor Claver que hará las veces de tres y cuatro según marque el guión. A pesar de todo, y aunque el propio Rey se mostrara confiado en poder continuar con el grupo, no hubo lugar para la sorpresa. Eso sí, el piropo de rigor que no falte: "Ha confirmado que es un jugador de Selección", reconocía Scariolo tras hacer pública su decisión. El caso de Rafa Martínez tampoco ha levantado en exceso a los presentes de sus asientos. El escolta del Valencia Basket a pesar de ser "un jugadorazo", tal y como ha reconocido el seleccionador, se ha caído de la lista por la gran competencia que hay en su posición.

Así las cosas, en la preparación de cara a revalidar el cetro continental cosechado en Polonia en 2009, sólo sobrará una pieza para obtener el boceto diseñado hace ya tiempo. Scariolo ya hace cuentas para sacar de dudas a la parroquía. Sada, como tercer base, y Suárez suenan con fuerza. De momento, solo son opciones.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Stern aprieta las tuercas



La NBA se ha empeñado en seguir dando juego este verano. Y no nos referimos a juego en el sentido estricto de la palabra. A falta de ligas de verano, cursos de formación para rookies, traspasos, comunicación entre los miembros de las franquicias o pago de contratos, toca un insufrible cierre patronal que comienza a adquirir tintes dramáticos.

El pasado lunes, se reanudaron las conversaciones entre las partes en conflicto, sindicato de jugadores y propietarios, un mes después de que expirara el anterior convenio laboral. Con los representantes de la liga como imparciales mediadores, obviamente. Lamentablemente, aunque como era de esperar, las posturas siguen distantes y las casi tres horas de reunión no sirvieron para nada salvo para tensar aún más la situación de la Liga profesional norteamericana.

David Stern abrió la veda con sus comentarios y pasó a la acción. No sólo de palabrería vive el hombre. Las palabras se traducen en hechos. Así, la NBA acordó imponer dos demandas contra el sindicato de jugadores alegando no actuar de "buena fe" y poner en práctica "una presión inaceptable" en las negociaciones de un nuevo convenio laboral. La primera es una demanada federal, tramitada en la corte federal de distrito en Nueva York, por entender que los jugadores están aplicando una práctica laboral injusta. La segunda tuvo lugar ante la Comisión Nacional de Relaciones Laborales. En ella se acusa a los trabajadores de amenazar con con disolver el sindicato y comenzar a presionar a la liga con demandas antimonopolio.

¿Qué se pretende con todo ello? La Liga solicita que declare que el vigente lockout no viola la legislación relacionada con la ley antimonopolio. Además, en la misma demanda, expresa su deseo de anular todos los contratos existentes con los jugadores si el sindicato decide disolverse.

Se veía venir



El jefe supremo de la liga, tras la reunión en la Gran Manzana, no pudo ocultar el desencanto. Cuando fue preguntado si creía que el sindicato de trabajadores estaba negociando de buena fe, el comisionado declaró a periodistas: "Diría que no, no soy optimista debido a la voluntad poco seria de los jugadores".

Antes de que el Comisionado hablara, el presidente del sindicato de jugadores Derek Fisher, filtró a la prensa que no había nuevas propuestas, aunque mostraba su esperanza para un nuevos encuentros en las próximas semanas. "Somos conscientes de que aún hay una brecha entre nosotros", señaló Fisher. "Pero sin reunión no habría ningún progreso", añadió.

Stern, ¿uno más durante el lockout?

El pasado martes, el pívot de los Philadelphia 76ers Spencer Hawes hacía una reflexión interesante en su cuenta de twitter: "No se ha rumoreado nada sobre un recorte salarial para Stern mientras que le pide a todos los jugadores que lo hagan". Lo cierto es que no hay respuesta sobre si el hombre que domina la liga a su antojo ha dejado de percibir su salario durante el parón. Sólo conocemos que en el pasado All-Star celebrado en Los Ángeles, Stern reconoció que no cobraría ni un dolar en caso de que el 1 de julio, como ha terminado ocurriendo, no se implantara un nuevo convenio laboral.

Una información que publica este miércoles la ESPN sostiene Stern recibe 500.000 dólares al año de cada franquicia. Multiplicado por los 30 equipos que forman la liga le dejarían con unos ingresos fijos de 15 millones de dólares anuales. Ahí no queda la cosa. Como cualquier trabajador, las bonificaciones también hacen acto de presencia en su nómina. Unos extra que le dejarían, tal y como aseguraba el New York Dail News el pasado mes de febrero, con unos 23 millones de dólares por campaña.

Ahí donde le ven el hombre de aspecto amigable ocupa un lugar de privilegio junto a los mejores jugadores de la liga en lo que a emonumentos se refiere. De hecho, sólo 21 jugadores en toda la liga tienen contratos de al menos 15 millones de dólares. El grupo se reduce a cuatro (Kobe, Rashard Lewis, Duncan y Garnett) cuando hablamos de superar la frontera de los 20 millones.

martes, 2 de agosto de 2011

Durant conquista Rucker Park

El hombre que se ha alzado con los títulos de máximo anotador de la NBA las dos últimas campañas tenía un sueño. Como tantos muchos jugadores profesionales, Kevin Durant quería formar parte de la historia de la canasta en la meca del baloncesto callejero. Volver a la esencia, a los inicios, allí donde empezó todo. Ni rastro de pabellones llenos, códigos de vestimenta o celebrities dispuestas a pagar miles de dólares por un asiento al lado de los banquillos. El 'playground' es otra historia.

La cancha neoyorquina de Rucker Park, lugar de culto para los amantes del deporte de la canasta, constituye la máxima expresión de este 'otro baloncesto'. Situada en el parque público de Holcombe Rucker, en pleno corazón del barrio de Harlem, guarda en su memoria alguno de los mejores encuentros callejeros de la historia del 'streetball'. Con la comunidad afroamericana dibujando un ambiente irrepetible, la esquina de la 155th street con la 8ª avenida se viste de gala cada verano para disfrutar de la presencia de los mejores. Las estrellas NBA también han formado parte activa de su prestigio. Saben que una buena actuación les hará ganarse el respeto de sus seguidores. Algo que no lograrán con millonarios contratos y con la consecución de un anillo de campeón. Es Rucker Park, baloncesto en estado puro.

Y en la tarde noche del lunes, tal y como hicieran en su día nombres ilustres como los de Wilt Chamberlain, Julius Erving, Kareem Abdul Jabbar, Kenny Anderson, Jamal Mashburn, Stephon Marbury, Sebastian Telfair, Vince Carter, J.R. Smith o Lamar Odom, Durant consiguió su doctorado con una memorable actuación que inevitablemente tendrá su lugar en la historia de la cultura callejera del baloncesto.

Ataviado con su inseparable mochila, el alero de los Oklahoma City Thunder llegaba al lugar con gesto tranquilo. Sin presión, sabedor de que era su momento. El día que tanto había soñado era una realidad. Y empezó el partido. Su partido. 66 puntos con dan una muestra del calibre de su soberbia actuación. KD jugó todo el partido. La muñeca hilaba lanzamientos finos como la seda. 9/11 en triples así lo confirman. 38 puntos en los tres primeros cuartos y...28 en el último parcial. Una orgía de puntos que terminó con una frase para el recuerdo: “Había deseado toda mi vida jugar en el Rucker Park”. El mejor epílogo posible a un día inolvidable.

Aquí el vídeo-resumen de su memorable actuación:


Y como no, los mejores momentos del último cuarto. Su muñeca ardía. Anotador compulsivo donde los haya, quería el balón. ¿Para qué? Una imagen vale más que mil palabras:

*Antonio Gil, corresponsal en Nueva York de la revista Gigantes del Basket, cuenta con todo lujo de detalles lo que allí aconteció en una magnífica crónica publicada en la web 'basket4us'.

El acuerdo puede esperar

La semana pasada los aficionados al baloncesto, y a la NBA en concreto, recibían con entusiasmo la noticia de la ruptura del silencio entre las partes que dejan a la mejor liga del mundo coja. Justo cuando se cumplía un mes del anuncio del cierre patronal, la vida sigue igual. Las casi tres horas de reunión que mantuvieron el pasado lunes en la cosmopólita ciudad de los rascacielos los representantes del sindicato de jugadores y los propietarios no dieron su fruto. "Estamos en el mismo punto que hace un mes. Las dos partes queremos seguir hablando y lo haremos este mes un par de veces, a poder ser dos días seguidos", reconocía a la salida Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores.

Sin duda, nos encontramos en la mitad del recorrido de una carrera de fondo. Una estrategia en la que todos tratarán de barrer para casa. Nadie espera que se resuelva en dos días. Eso sí, a medida que se acerque el 1 de noviembre, fecha designada para el arranque del curso, la obligación recaerá sobre todos ellos para que todo llegue a buen puerto, el acuerdo se haga efectivo y podamos disfrutar de un espectáculo inigualable.

En medio del lio anda el perpétuo Comisionado David Stern haciendo el trabajo sucio. El jefe del 'show', con una mente diseñada para hablar de negocio y rentabilidad, se identifica con los poseedores de las franquicias y hecha leña al fuego presionando a los jugadores al tiempo que duda de su buena fe: "No soy optimista debido a la voluntad poco seria de los jugadores", expresó con su hierático rostro, el mismo con el que cada año recibe a sus nuevos soldados en la lotería del draft. Una tropa de jóvenes estrellas del deporte de la canasta que buscan resolver su vida con un generoso contrato. Lamentablemente para ellos, sólo unos pocos serán los elegidos.

Dicho queda, tendremos que esperar a próximos capítulos para llegar al punto de equilibrio entre donde las demandas de unos y otros se amolden. Cuestión de ceder. De momento, Desconocemos lo que saldrá de ahí. Las partes siguen sin acercar posturas. La reducción en el porcentaje de participación en los ingresos de los equipos por parte de los jugadores del 57% al 54,3% (o 100 millones de dólares al año durante las próximas seis campañas) no ha sido suficiente. Los propietarios requieren un ajuste en el sistema financiero que paliar un escenario de lo más desolador, en el que, según lo expresado por Stern, 22 de las 30 franquicias acumularon pérdidas por valor de 300 millones de dólares durante la última campaña. Así, proponen un acuerdo de 10 años con un austero tope salarial (inferior a los 58 millones del último año). Tras ello, se animaron a ofrecer al menos 2000 millones de dólares en salarios durante cada una de las diez temporadas que abarcaría la deseada negociación colectiva. Ni por esas.

La solución no está fuera


Billy Hunter, director ejecutivo de la Asociación de Jugadores, no cree que iniciar la andadura fuera del baloncesto norteamericano sea la solución. A pesar de ello, desde el sindicato se quiso informar de que era una posibilidad a la hora de afrontar el parón. Sin embargo, informar y alentar son conceptos distintos. Las aventuras europeas o asiáticas conllevan unos riesgos que no todos están dispuestos a asumir. Pero tras el visto bueno de la FIBA, todo lo que queda es aconsejar. "No tengo la respuesta pero es algo de lo que tengo que preocuparme". Y siguió con un desafortunado ejemplo: “No puedo decirle a Kobe ni a nadie, 'no deberías irte'”.

Los rumores que sitúan a muchas de las estrellas NBA fuera de los Estados Unidos mientras se prolongue el lockout responde fundamentalmente a cuestiones que trascienden lo deportivo para ceñirse a lo económico. Mantener un nivel de vida propio de marajás está en juego. Sin embargo, nadie parece reparar en la amplia clase media que forma la liga. El salario medio de un jugador ronda los 5,5 millones de dólares anuales. Como todo promedio guarda el inconveniente de verse afectado por los extremos, lo que disminuye en una parte considerable su representatividad.

Así las cosas quienes menos importan son ellos, las estellas. Esos jugadores capaces de pasar un fin de semana de ensueño en Manila y embolsarse 400.000 dólares o generar más ingresos en contratos de publicidad que por la práctica del baloncesto. Partiendo de la base de que se trata de privilegiados, haciendo lo que les gusta a cambio de una retribución, muchas veces superior a la renta per cápita del país más rico del mundo, la desigualdad en la distribución de las ganancias es patente. Los datos son concluyentes. Estamentos y clases a quienes la incertidumbre azotará de forma distinta. Tal y como prosiguió Hunter en sus declaraciones recogidas por New York Times, “la amplia mayoría no tendrán una oportunidad y ya les hemos dicho a los jugadores que no crean que irse a Europa y Asia va a ser la solución". Un simple consejo al fin y al cabo.

El anterior lockout evidenció estas diferencias. En aquel momento, fueron muy pocos los que decidieron explorar nuevas experiencias lejos del sueño americano. Y claro, las consecuencias fueron muy dispares. Tal y como informa el New York Times, hace 13 años, Patrick Ewing, buque insignia de los Knicks y presidente del sindicato de jugadores en aquel momento, no sufrió de igual forma los estragos de los más de tres meses desocupado que Charles Oakley. Un gregario que por fin consiguió aquel verano ascender un escalafón en la pirámide salarial con 10 millones de dólares observó con cierta desesperación cómo algunos millones se quedaban por el camino.

Una Liga desigual


Lo que pasó con el subalterno Oakley volverá a repetirse. Durante la temporada 2010-11, y refiriéndonos a lo que tenían firmado en sus fichas en el momento previo al ciere patronal, 62 jugadores se embolsaron 10 millones de dólares o más. La nobleza baloncestística que engloba a todas las estrellas y secundarios de lujo en sus equipos. Una nada desdeñable 'clase media' constituida por 133 jugadores quienes tenían firmados 5 millones o más. Una segunda 'clase media' de 165 jugadores con emonumentos algo inferiores, situados entre los 4 y 5 millones.

Eso nos deja con 285 'obreros' que tenían menos 4 millones de dólares como sueldo. Ellos podrían estar mucho más motivados a jugar en otras ligas si presienten que el cierre patronal se alarga y la temporada está en peligro. Estos 285 jugadores conforman el grueso de los votos del sindicato. Eso sí, aquí como reza una de las premisas democráticas por excelencia, “un hombre, un voto”. Por tanto, cada uno de sus elecciones valen lo mismo que la del jugador mejor pagado de la liga, Kobe Bryant, quien recibió la pasada campaña la friolera de 25,2 millones de dólares y a quien le quedan por recibir 85,3 millones de dólares en los próximos tres años firmados con los Lakers.

lunes, 1 de agosto de 2011

Kobe, barcelonista de corazón

Las giras veraniegas de los grandes clubes de fútbol dejan imágenes poco comunes durante el resto del año, cuando la competición no da un respiro para la relajación.La visita del Barcelona a Washington supuso un momento ideal para dar rienda suelta a hobbies y aficiones. Fue el caso de Kobe Bryant. El pasado domingo, el escolta de Los Ángeles Lakers disfrutó como un enano tras participar en un encuentro benéfico en el que, ataviado con la elástica azulgrana, compartió equipo con Josep Guardiola y Andoni Zubizarreta. "No es la primera vez que la llevo, pero me siento genial. Es fantástico", reconocía tras el encuentro.

Como suele ocurrir en estos casos, el resultado era lo de menos. Aún así, no era momento de cambiar papeles y Pep volvió a demostrar su buen estado de forma anotando un gol y regalando otro con uno de sus magistrales pases a los que nos tenía acostumbrados en su época como profesional. Promovido por la fundación social del Barça y la de la exjugadora de fútbol norteramericana Mia Hamn, el éxito del evento parecía asegurado. Todo por una buena causa: solidarizarse con los enfermos de médula ósea. Hamn, considerada como una de las mejores jugadores de la historia, perdió a su hermano en 1997 víctima de una enfermedad de médula.

Tras el encuentro fue el momento de comentar sensaciones con los medios allí congregados. Eso sí, con la pujante Turkish Airlines, punto de encuentro entre Kobe y el Barça, frotándose las manos.

La pregunta del millón iba a llegar. Con el lockout desprendiendo dudas e incertidumbre a raudales, Kobe parece divertirse llamando a la especulación en cada una de sus declaraciones. "Estoy esperando que suene el teléfono. Espero que lo haga. Ahora no estoy jugando en ningún equipo, y además, estoy acostumbrado a vivir en el extranjero. Si el Barça me llama, les escucharé".

Eso dice, después de marear la perdiz con su posible fichaje con el Besiktas. Una supuesta contratación rodeada de pretensiones utópicas. De hecho, este lunes nos despertamos con las declaraciones en las que la Mamba Negra reconoce no haber hablado con el equipo otomano "en semanas", aunque no duda en dejarse querer: "Las opciones están abiertas", viene a decir el cinco veces campeón de la NBA. Aficionado confeso del fútbol, Bryant pasó su adolescencia en Milán. Su padre Joe "Jellybean", actual entrenador de Los Ángeles Sparks de la WNBA, jugó nueve temporadas en el Rieta de Reggio Calabria.

En aquel momento, el Milán ocupaba un sitio en su corazón. Con el tiempo, ese afición por los rossoneros cayó. El Barça tuvo la culpa. "Me encanta el F.C. Barcelona. Todo el mundo lo sabe. Es mi equipo favorito desde hace mucho tiempo. Siempre me ha gustado su forma de jugar. El Barça juega como grupo, todos juntos, con creatividad. Y juega también duro. Admiro mucho estas virtudes".

Bryant comentaba en tono jocosa hace dos años y medio: “Creo que puedo jugar al fútbol porque tengo unas piernas bonitas”, reconoció, justo antes de posar con la camiseta del Barcelona para un número especialde la revista ESPN. El fútbol no será su futuro, pero quién sabe si el Palau Blaugrana podrá disfrutar algún día de su presencia.