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martes, 23 de marzo de 2010

Victoria con el corazón

El Regal Barcelona se impuso por 68-61 a un Real Madrid que sorprendió a propios y extraños con el juego desplegado en el coso azulgrana. De esta manera, el conjunto dirigido por Xavi Pascual toma ventaja en la serie al mejor de cinco encuentros.
A las 20.45 horas conecté con el canal temático de deportes de TVE, Teledeporte, fiel a mi cita con el baloncesto. Esta vez, a pesar de la importancia y el nivel del choque, lo hacía con cierta desgana sabedor de la desigual eliminatoria que iba a dar comienzo. Por un lado, el que está llamado a ser el mejor Barça de la historia. Por el otro, un Real Madrid que ha viajado a la ciudad condal con la maleta llena de ilusión para, al menos, traerse una victoria fuera de su cancha y afrontar con garantías los dos partidos que tendrán lugar en Vistalegre la próxima semana (martes 30 de marzo y jueves 1 de abril).
El primer partido de los cuartos de final de la Euroliga nos ha brindado un apasionante duelo en el Palau Blaugrana. Afortunadamente para los aficionados al deporte de la canasta, ambos equipos superaron con creces las expectativas creadas por muchos, entre los que me incluyo. No del todo vistoso desde un principio, las defensas se impusieron por mucho a los ataques provocando en algunos instantes de partido constantes pérdidas de balón e imprecisiones de ambos conjuntos.
Estos fallos dejaban entrever cierta ansiedad y nerviosismo en dos equipos que se están jugando el pase a la Final Four de la mejor competición que se puede ver en el baloncesto FIBA.
Reflexionando sobre esto último me vienen a la mente algunos 'disparates' de los dos comentaristas del encuentro, el catalán Pere Ferreras y el ex-jugador de Real Madrid y Barcelona, José Luis Galilea. Entiendo su ambición por vender el producto (algo lógico) pero no puedo tolerar comentarios del tipo: 'Hay partidos en la NBA que no tienen el nivel de este encuentro'. Seamos serios. Es cierto, que el baloncesto europeo ha acortado distancias respecto a la liga norteamericana, pero no tanto como para alcanzar su nivel.
Como iba diciendo, la igualdad fue la nota dominante durante la primera mitad (37-36 al descanso). Los de Ettore Messina tiraron de experiencia con una gran actuación de su quinteto de treintañeros de confianza: Prigioni, Kaukenas, Jaric, Garbajosa y Lavrinovic. No obstante, hay que destacar los destellos del joven pivot croata, Ante Tomic. El último fichaje blanco salió de inicio mostrando el buen estado de forma exhibido en las últimas jornadas. Sin embargo, la tercera falta personal cometida tres minutos antes del descanso cortaron su proyección en el encuentro. El Madrid tenía controlado a un Barcelona que sólo logro una máxima renta de seis puntos. Secaron a Navarro, que a pesar de irse con 9 puntos al descanso, sólo apareció desde la línea de personal gracias a su innata habilidad para forzar faltas a sus defensores (7/8 desde el 4,60 en la primera mitad). El recientemente elegido en el mejor quinteto europeo de la última década se mostró muy lejos de su mejor versión.
Tras los quince minutos de descanso, el Real Madrid salió en tromba. Los puntos de Felipe Reyes y el litunao, Darjus Lavrinovic dieron las primeras ventajas en el marcador a los blancos (41-47). Algo no marchaba bien en los azulgrana. Ricky Rubio, por tercer año consecutivo mejor sub-20 de Europa, perdió varios balones de manera inexplicable y no estaba llevando el timón del barco como nos tiene acostumbrados. Pascual se vió obligado a realizar un triple cambio. Este cambio dio lugar a un quinteto basado en la defensa (con Trias, Sada, Ndong, Basile y Mickeal).
Mientras tanto, los madridistas seguían metidos de lleno en el partido (quién lo diría). El nulo acierto exterior de los azulgrana (5/25 desde el 6,25, con Navarro como máximo exponente con un 0/6) empezaba a sembrar el nerviosismo en el banquillo barcelonista. De todos modos, la igualdad siguió presente al final del tercer cuarto (51-51).
A falta de menos de cinco minutos para el final el Real Madrid aguantaba los arreones del eterno rival (57-60). Entones surgió Pete Mickael. Ese norteamericano del que mucha gente dudaba sobre su capacidad de asumir su rol de 'coprotagonista' en un equipo grande, apareció para colocar, con dos triples consecutivos, a su equipo por delante de nuevo en el marcador (63-60). Messina se veía obligado a solicitar un tiempo muerto para no descolgarse. Mientras, Mickael, máximo anotadoe del encuentro con 18 puntos, se tiraba de la camiseta en un gesto de rabia que terminó de encender al Palau. Desde ese momento, la olla a presión que formaron los 5.700 espectadores presentes en la cancha (el alcalde,Jordi Hereu o 'Los Estopa' entre otras celebridades) y la fala de ideas en ataque del Madrid, dependientes de un Llull que esta vez no salió al rescate de su equipo, dejaron en bandeja la victoria de los locales.
Esta derrota deja a los blancos con la moral muy baja. Pero el conjunto de Messina no debe pensar mucho en el partido de hoy. En menos de 48 horas (jueves 25,20.l5 horas) los mismos actores se verán las caras en el mismo escenario. Los blancos deben quedarse con lo positivo: plantaron cara a un equipo que no le superó en juego pero sí en corazón.

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