Estamos hartos de ver como pierden la vida los deportistas por culpa de fallos cardíacos, altercados, accidentes fortuítos etc. El fútbol y el baloncesto son los deportes que más vidas se están llevando. La semana pasada pudimos ver como un jugador de la NBA se desplomaba en la cancha tras sufrir un ataque epiléptico. Gracias a la rápida asistencia de los sanitarios y su posterior traslado al hospital el incidente no llegó a mayores.
Esta semana también ha fallecido sobre un terreno de juego un futbolista nigeriano en la liga sudaní. Pasados quince minutos desde el comienzo del partido, el joven de 25 años se desplomaba sobre el verde, muriendo en el acto debido a una parada cardiorespiratoria. Pero si esta fuera poco, en las últimas horas nos ha llegado la información y las imágenes de un jovén que se ha dejado la vida jugando al fútbol sala en Brasil. La causa fue una caída sobre un pedazo de parqué que inexplicablemente se encontraba levantado. El jovén, que fue trasladado consciente al hospital, moría poco después debido a la gravedad de las heridas.
¿Pero porqué ocurre esto con tanta asiduidad? ¿No se puede poner algún remedio para evitar estas tragedias? Una inversión en seguridad es necesaria. Debería ser completamente obligatorio poseer en todos los campos donde se práctique deporte un desfibrilador lo que salvaría muchas vidas.
También es necesario mejorar las infraestructuras y la seguridad tanto fuera como dentro de los terrenos de juego. No es normal que un joven encuentre la muerte por culpa de un fallo humano. A todo aquel que no lo cumpliera se le debería imponer una grave sanción. Esas son el tipo de medidas que hacen falta para salvaguardar la vida de los deportistas. Tolerancia 0 a quién incumpla las normas.
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