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lunes, 11 de julio de 2011

La FIBA se lo piensa

El cierre patronal es un hecho. A día de hoy, la próxima temporada en la NBA no echaría a andar. Se prevén negociaciones futuras que den al traste con esta preocupante situación. Mientras, las dudas y la incertidumbre se apoderan del ambiente. Más allá de algunas ridículas normas, como no poder pisar las instalaciones de los equipos o mantener contacto alguno con los miembros de la franquicia, los jugadores no tienen garantizado en absoluto sus salarios. Es cierto que no todos están en la misma situación. Pero, así las cosas, pocos parecen dispuestos a estar parados hasta que el sindicato de jugadores y los propietarios decidan acercar posturas y firmar un nuevo convenio laboral que gobierne la liga durante los próximos años. ¿Tiempo para emigrar?

Desde que se hiciera público el comienzo del lockout el pasado 30 de junio, muchos han sido los jugadores que han comenzado a mover hilos para aclarar su futuro cuanto antes. Se abría la veda para la llegada de las grandes estrellas de la NBA revolucionaran el baloncesto mundial con su llegada. Por nivel, Europa se erígia en un destino preferencial. Pero igual eso no es lo más importante. Pensemos mejor en las posibilidades que ofrecen mercados en expansión como el asiático. Márketing y dólares asegurados.

Hombres de prierma fila como Kobe, Amare o Wade barajan seriamente emigrar y llevar su talento fuera de los Estados Unidos. Eso sí, ninguno quiere descartar la posibilidad de volver a casa si se levanta el 'castigo'. Algo temporal e interesado. Pues bien, la FIBA no parece estar muy por la labor de permitir ciertos privilegios a los jugadores NBA con contrato en vigor que opten por jugar fuera como segundo plato. No así la NBA que ha dado vía libre para que el previsible éxodo se consume.

El pasado jueves Deron Williams abría la lata y alcanzaba un acuerdo con el Besiktas turco. En él, el base de los Nets, que el próximo año tiene firmados 16,36 millones de dólares con la franquicia que se trasladará a Brooklyn, ha previsto una claúsula para regresar a la NBA si el lockout llega a su fin. Tras él, comenzaron a sonar los nombres de otras estrellas. Las raíces judías de Amare le habrían hecho pensar en recalar el Tel-Aviv. La estudiada mercadotecnia de Kobe le haría ir a China o incluso a Turquía. Wade no veía con malos ojos jugar en el extranjero. Incluso, Ron 'Metta World Peace' Artest, ha visto en el Reino Unido un destino ideal donde expandir sus buenos propósitos.

La última palabra recae sobre el máximo organismo del baloncesto. Ella tiene el poder para dar el visto bueno o no a los traspasos. Según publica este lunes la web Yahoo Sports la FIBA necesita tiempo para dirimir si permite estas claúsulas de retorno. Aún así, los agentes de jugadores no lo ven claro y no les extrañaría que la FIBA no diera luz verde a estos acuerdos.

Otro tema es la situación que deberán afrontar los exultantes receptores. Que nadie se lleve a engaño. Las estrellas quieren más en forma de elevados salarios y seguros en caso de lesiones. Pocos equipos pueden podrían hacerlo frente. Veremos qué pasa.

Sonny Weems o Darius Songaila no se lo pensaron dos veces. Eso sí, más por una cuestión de carecer del nivel requerido para jugar en la NBA que por el lockout. Ambos finalizaron el pasado junio sus contratos con Raptors y Sixers respectivamente por lo que pasaban a ser agentes libres. Ningún problema para la FIBA. El joven alero ha preferido continuar mejorando su juego y firmar un año con el Zalgiris Kaunas. Por su parte, el lituano rechazó regresar a su patria para buscar en el mercado turco para encontrar la mejor oferta posible: un año (1, 5 millones de euros) con el Galatasaray.

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