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viernes, 2 de abril de 2010

Ricky y Navarro certifican el pase a la F4

El Real Madrid dijo adios a la Final Four un año más. Y ya van 15. Los blancos volvieron a caer frente al Regal Barcelona en el segundo partido de la serie disputado en Vistalegre por 78-84.
A los blancos sólo le bastaba el triunfo para forzar un hipotético quinto partido en el Palau. Su objetivo: dejar al Barcelona por debajo de los setenta puntos. Tarea ardua y complicada donde las haya.
El encuentro comenzó con un ritmo trepidante con ataques fluidos en ambos lados de la cancha. Messina salió con Llull y Hansen de inicio en detrimento de Jaric y Kaukenas.
Garbajosa, en el papel de invitado especial, tomó el mando de los blancos durante el primer cuarto con 9 puntos, dando la primera ventaja a su equipo (17-13, minuto 7). Pero dos faltas completamente evitables del revulsivo blanco en los últimos encuentros, Ante Tomic, supusieron un contratiempo para los de Messina. Ello unido al bajón defensivo, permitió al Barcelona tener segundas opciones en ataque y tiros más cómodos (19-20, minuto 10).
Fue al final del primer cuarto cuando el técnico catanés hizo uso de dos olvidados: Bullock y Velickovic. Mucho se había hablado los últimos días sobre las pretensiones del cuerpo técnico madridista de reconvertir al ala-pivot serbio en un hombre exterior. Y así lo hizo. Con el joven balcánico como un '2' alto dio comienzo el segundo periodo. Los blancos buscaban la ventaja con sus defensores: Grimau primero y Pete Mickael después.
Por su parte, el ex-líder madridista, Louis Bullock, saltó a la pista dispuesto a demostrar que sabe jugar a esto. Tres canastas casi consecutivas así lo corroboraron.
A pesar de todo, enfrente estaba un Barcelona en el que surgió un intratable Ricky Rubio, que no se había mostrado a su mejor nivel durante los tres partidos previos. La joven perla apareció moviendo a su equipo y dividiendo una y otra vez la zona del Madrid con constantes penetraciones (10 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias, 5 faltas recibidas para 20 de valoración al descanso). Su juego daba alas al Barça (29-36, minuto 15). Los blancos, siempre a remolque desde que perdieran la ventaja al final de primer cuarto, consiguieron reducir distancias y marcharse a los vestuarios manteniendo vivas todas las opciones (41-45).
Tras el descanso, los primeros minutos del tercer cuarto se antojaban claves para el devenir del encuentro. Fue un cuarto en el que los árbitros tuvieron un injustificado protagonismo, sancionando faltas a diestro y siniestro, lo que provocaba la constante ira del público de Vistalegre
La igualdad fue la nota predominante, con la salvedad de que el los blancos no consiguieron ponerse por delante en el marcador. Cuando tenían la opción de hacerlo, aparecía el otro pilar en el que se apoyaron los barcelonistas para fraguar su triunfo, un tal Juan Carlos Navarro. 'La bomba' apareció de nuevo para anotar triples cruciales para su equipo. Aún así, los blancos no se rendían y de la mano de un inconmensurable Llull, autor de 20 puntos, afrontaban con opciones el último periodo (62-65).
La igualdad en este caso duró más bien poco. El Madrid tiró mucho de la cuerda y ésta se rompió. La cuarta personal de Tomic (68-70, minuto 34) quizás tuvo algo que ver. Sin embargo, no creo que el Madrid en menos de un mes haya pasado a depender de un jugador al que le queda mucho por hacer.
Lo cierto es que el Barça, de la mano de sus dos puntales, Ricky y Navarro consiguió la máxima diferencia en el marcador (68-75). Distancia que se antojó insalvable para un Llull, que no podía luchar contra todo el equipo azulgrana. Cada triple del base-escolta de Mahón era respondido de inmediato por un inspirado Ricky (19 puntos y 24 de valoración) que cuajó su mejor actuación en Euroliga desde que viste la elástica blaugrana. Los intercambios de canastas no reducían la distancia que llegó a ser de cuatro puntos por dos ocasiones (75-79 en el minuto 38 y 78-82 en el minuto 39).
A 70 segundos del final, una pérdida del Madrid, les hizo perder cualquier opción de victoria. Las faltas de la impotencia, con un tiro libre de Lorbek y otro de Ricky, dejaron el electrónico en el 78-84 final.
La derrota no sólo significa el final del sueño europeo para el conjunto madridista sino que supone un nuevo tropiezo para el ilusionante y ambicioso proyecto de la entidad merengue.
Dicho, incluidos los 26 millones de presupuesto, giraba en torno, independientemente de una plantilla plagada de 'expertos' treintañeros, a uno de los técnicos más laureados del baloncesto europeo de los últimos 15 años, el italiano Ettore Messina. Una persona metódica, conocedora del juego a la perfección pero que no ha sabido sacar lo mejor de los suyos en lo que va de temporada (adios Supercopa, Copa del Rey y Euroliga).
Desde el seno madridista se ha intentado ver lo positivo de lo que ha sido la prueba más evidente del fracaso de una ilusión. 'La obligación del Real Madrid no eran los títulos sino las finales', aseguraba el director deportivo de la sección, Antonio Maceiras, a principios de campaña. Mirandolo así, se podría incluso ver la presente temporada como un éxito. No es así. No os engañaéis. La frustración, la impotencia y el fracaso es máximo cuando se ve como no se puede plantar cara al eterno rival. Chocar una y otra vez con la misma piedra es duro, muy duro.
No se trata de hacer leña del árbol caído. Pero en estas ocasiones se debe ser honesto y reconocer que hay un equipo que está uno o varios peldaños por encima. Y ese conjunto no es otro que el Regal Barça de un Xavi Pascual, quien a sus 38 años, está llamado a hacer algo grande para la afición blaugrana.
El partido de ayer fue una prueba elocuente del muro que suponen los catalanes. Un equipo rocoso, con una intensidad defensiva que no decae, y si además está acompañada de una calidad individual de todos y cada uno de los integrantes del plantel, el resultado es evidente: el triunfo.
Caminos muy distintos los que esperan a ambos conjuntos. El Real Madrid, con la moral muy tocada, tiene todas sus esperanzas en la ACB. De momento, el próximo sábado (La 2/18.00) se verá las caras en el derbi madrileño por excelencia frente a un Asefa Estudiantes, que ya le ganó en la ida en un apasionante encuentro, con prórroga incluida, por 82-80.
Por su parte, el Regal Barcelona se muestra como líder en solitario de la competición doméstica (25-2) con tres victorias de ventaja sobre el eterno segundón, el Real Madrid. Tras vencer la Supercopa y la Copa del Rey, sólo piensan en un posible pleno de títulos (a imagen y semejanza de su homónimo en el fútbol) ganando en una Final Four de París de la que ya se han vendido todos los abonos (se enfrentan en la primera semifinal al CSKA el día 7 de mayo), y venciendo en una probable final ACB al Real Madrid.

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