A sus 20 años el base de El Masnou inicia una nueva etapa en su carrera. Antes deberá pagar de su bolsillo el millón de euros de indemnización pactado con la directiva, de los cuales el jugador abonará 650.000 euros mientras que el resto (350.000) correrán a cuenta de la franquicia de Mineápolis. [Vea los mejores momentos de Ricky en Europa]
Y parece que la jugada ha salido según lo previsto. Bueno, eso habrá que verlo. El escepticismo reina en el ambiente. Todos se rinden a reconocer lo evidente: la precocidad en sus logros. Nadie en la historia de nuestro baloncesto sabe lo que es debutar a los 14 años y 11 meses. Y menos que ese incio fulgurante tuviera continuidad. Tanto a nivel de club como de selección. "Me voy con el último título que me faltaba, la Liga", comentó en su despedida. Sin embargo, las alabanzas y los halagos fáciles no deben esconder unas carencias evidentes.
Es innegable que el juego de Rubio ha venido de más a menos. Su desastrosa última temporada, iniciada la selección en el Mundial de Turquía del pasado verano, no ha hecho más que confirmar todas las sospechas. 5, 5 puntos, 4,4 asistencias y 1,85 robos en 21.6 minutos son sus credenciales en lo que a estadística se refiere. Números aparte, la falta de liderazgo y la suplencia en la última final de Liga ante el Bilbao son un síntoma evidente de que una parte importante del Ricky 'Business' que encandilara al genial Andrés Montes y a media España, se estaba perdiendo. "Tal vez no ha sido mi mejor año, pero este es un deporte colectivo y lo importante es que he podido ayudar al equipo", aseguraba en un tono algo conformista.
El décimo español en hacer las américas, al contrario que la gran parte de sus predecesores, tratará de reencontrar el estilo que le llevó a ser nombrado el mejor joven de Europa durante tres temporadas consecutivas (2007-2009). Dado el paso, nuevos incógnitas se plantean. La primera y más contundente es el destino elegido. Los Wolves son una franquicia perdedora. La situación no es fácil en la gélida región de los mil lagos. El balance de 17-65 cosechado en la última temporada dejan poco lugar para la esperanza. Los optimistas, al contrario, pensarían aquello de 'peor no podemos estar'.
Y razón no les falta. Rubio aterriza en una plantilla en la que los dos hombres más veteranos se encuentran en su octavo año en la Liga. Juventud y desparpajo a raudales. Juego abierto, defensas relajadas durante la temporada regular. ¿Qué más puede pedir un 'rookie' como Ricky?
Con un 20+10 como Kevin Love, unánime merecedor del premio al Jugador con Mayor Progresión de la pasada temporada, y Michael Beasley rondando la veintena de puntos por noche, Ricky llegaría como la tercera pieza de un trío que apunta maneras. Pero las buenas formas y la calidad no lo son todo a la hora de garantizar resultados. Falta mucho más. Para empezar, conocer el nombre del inquilino del banquillo. En los últimos días, el tetracampeón de la NBA con los Lakers en la década de los ochenta, Kurt Rambis se encuentra más cuestionado que nunca y su continuidad al frente del equipo de Mineápolis no está para nada garantizada.
Luke Rindour y John Flynn serán los rivales con los que luchar por un puesto como director de orquesta. Todo ello con el fantasma de un más que probable 'lockout' sobrevolando el ambiente. De este sábado se hacía oficial la cancelación de la tradicional Liga de Verano de Las Vegas. Sospechoso cuanto menos. A pesar de ello, Ricky se mostró optimista: "He hablado con mucha gente y, si se produce, no creo que sea por mucho tiempo. Lo aprovecharé para prepararme mejor".
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