En el día del estreno en el American Airlines Arena de Miami Heat LeBron James tenía preparada una sorpresa para todos los aficionados. Se sabe el dueño de todas las miradas y lo explota al máximo. En esta ocasión James saltó al parqué con su habitual protector bucal con el que juega durante los partidos suponemos que para liberar tensiones y poder hacerle alguna que otra recomendación a los colegiados. Hasta ahí todo normal hasta que las cámaras de televisión repararon en un hecho sin precedentes: el plástico introducido en su boca tenía dos pequeños salientes que imitaban unos colmillos, al más puro estilo Drácula. Imaginamos que será la manera de hacer su particular homenaje a la noche de los muertos vivientes que se celebrará en la madrugada del domingo al lunes.
No sabemos si la ocurrencia intimidó a unos Magic, favoritos de todas las apuestas en el Este junto a los Celtics y los propios Heat, que sólo fueron capaces de aguantar dos cuartos (51-45) a unos Heat que asestaron una buena estocada moral a uno de sus principales rivales. Un 28-10 nada más salir de vestuarios sirvió para sentenciar el encuentro que terminó con un contundente 96-70 en el que LeBron fue el escudero de D-Wade (26 puntos) con 15 puntos, rebotes y 7 asistencias en la segunda victoria consecutiva tras el tropiezo inicial en el TD Garden de Boston el pasado martes (88-80).
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