Scott Skiles, el hombre de las 30 asistencias

Esta es la historia de un hombre récord. A pesar de no ser uno de los puntales en ninguno de los cinco equipos NBA en los que militó, Scott Skiles (LaPorte, Indiana, 1964) se retiró en 1997 jugando un temporada en el PAOK de Salónica. Antes y tras ser un hombre destacado en su época High School y posteriormente en la Universidad de Michigan, fue elegido en un discreto puesto 22 de la primera ronda del draft del año 1986 por los Bucks. Un año en Milwaukee y dos en Indiana antes de llegar a unos Magic que iban sería el equipo que le diera cierta notoriedad en el panorama NBA.

Cinco años en la franquicia de Florida antes de iniciar su ocaso. Un año en Washington y otro en los Sixers para poner fin a diez temporadas en la NBA en las que promedió 11.1 puntos, 6.5 asistencias y 2.5 rebotes justo antes de cruzar el charco y retirarse en tierras griegas.

Años más tarde probó suerte en los banquillos. Empezó de asistente en los Suns en la 98-99. Al siguiente año le dieron la oportunidad como 'head coach'. En dos de los tres años situó a los de Arizona en los playoffs de una siempre complicada Conferencia Oeste. En 2003 los Bulls confiaron en él para salir de una difícil situación. Tras cuatro años en Illinois, en diciembre de 2007, le despidieron por sus malos resultados. Sin embargo, en la 08-09 los Bucks, que le descartaron en 1986 como jugador, volvieron a llamar a su puerta. A escasos días, de iniciar su tercera campaña en Milwaukee vive una bonita época con uno de los equipos -a los que metió en playoffs tras tres años fuera. Una segunda juventud en los banquillos con unos pupilos que pueden hacer algo importante en el Este.

¿Y esta es la historia de un hombre récord? Si, pero aún no ha terminado. Skiles, en su mejor temporada como jugador NBA, la 90-91, consiguió un batir una marca histórica en la liga: dio 30 asistencias en un partido. Casualidades de la vida, fue el 30 de diciembre de 1990 en un partido en el que los Orlando Magic vencieron por un asombroso 155-116 a los Denver Nuggets. La estadística la completó con 22 puntos, 6 rebotes y 2 robos de balón. Sin duda su mejor actuación en una cancha de baloncesto. Aquel año, el base de 1,88 cuajó su mejor campaña (17.2 puntos, 8.4 asistencias, 3.4 rebotes y 1.1 robos) siendo galardonado con el premio al jugador con mayor progresión en la temporada.